¡Menudo día!

Hoy he corrido como no lo había en mucho tiempo. Es una sensación extraña, cuando vas con prisa a todos los sitios te da la impresión de la gente que te encuentras por la calle no tiene nada que hacer y va andando alegremente. ¡Pues es verdad!
¿La gente no tiene nada que hacer? ¡Cuánto paseante! ¡Cuánto conductor inútil! (esto me recuerda que quería recordar que en las rotondas no es necesario esperar a no haya ningún coche; es suficiente con que, sin provocar ningún accidente, te incorpores ágilmente a tu carril) A todo esto tenemos que añadir que cuando necesitas un taxi no aparece ninguno (luego haré una referencia al que me ha tocado hoy), que no todos los policias locales dirigen el tráfico especialmente bien.
Afortunadamente, al llegar al Registro público donde tenía que presentar una propuesta para un concurso público han sido razonablemente amables.
El taxista. Lento como nadie, le pido que me espere para llevarme a otro sitio y me dice que no, !!!!!!!!que mejor coja un taxi nuevo!!!!!! Menudas ganas de ganar dinero. Es solito me ahorró la propina. Luego dirán que los usuarios del servicio somos muy especiales. Menos mal que somos nosotros.