Hace un rato, FJL, ha tenido un comentario gracioso sobre la nueva ocupación del tiempo libre de los políticos que ya han sido amortizados para la vida pública: el calentamiento global. Lo cierto es que se dicen muchas cosas sobre el tema. No es que yo se un experto en la materia, al contrario, sólo llego a curioso/cotilla de momento; mi problema es que me cuesta mucho creerme todo lo que dicen sobre el calentamiento/enfriamiento global de la Tierra, que de todo se ha dicho. Y me cuesta creérmelo fundamentalmente por sus principales espadas (del pelo de Al Gore y otros).
Como es algo temprano para ponerme a disertar sobre nada solo hago una referencia a un libro muy interesante sobre este y sobre otros muchos temas en los que la ciencia está presente, o debería estarlo, por que lo más curioso de todo es que la ciencia también tiene sus posiciones políticas y si un argumento, por muy simple que sea científicamente hablado (esto es, no hay sido demostrado), tiene utilidad política deber ser elevado a categoria científica cuanto antes.
Al grano, el libro es "Guía políticamente incorrecta de la ciencia" de Tom Bethell
Podéis encontrar un fragmento del libro (también hay muchas reseñas por la red) pinchando aquí (si, es un enlace a Libertad Digital)
Calentamiento Global
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2 coments:
mayo 17, 2007 10:26 p. m.
lo del calentamiento global me parece un poco patraña...je je je
en lugar de invertir en campañas que nos financien un aparato de aire acondicionado para todos
ja ja ja
mayo 17, 2007 10:34 p. m.
No es del todo una patraña, pero no cuentan toda la verdad sobre la cuestión. Hace unos 20 años se hablaba de enfriamiento global, hace unos 40 era el calentamiento, hace 60... y así nos encontramos con que en función de la necesidad (política) supuestos científicos cumplen con su papel (político) y siempre con el mismo resultado: el culpable de todo es el capitalismo y USA, de los que odian todo salvo su dinero.
Por cierto, yo también quiero un aparato de aire acondicinado, y una secadora... y ya me acordaré de más. Para parecerme al memo de Gore
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