Hay dos cosas que hoy me han llamado la atención. La primera es la reacción de Diego López Garrido a los comentarios del PP sobre la condena a tres policias por la detención ilegal de dos personas a las que se acusaba falsamente de haber agredido a José Bono cuando era Ministro de Defensa y participaba en una manifestación convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo.
La segunda de las cuestiones que me ha llamado la atención es la propuesta de Miguel Ángel Revilla, Presidente Regional de Cantabria, de creación de un comité (creo que fue la expresión que utilizó) conjunto de Hacienda y la Policía para investigar la corrupción.
Siguiendo con este segundo anuncio, lo más llamativo fue la justificación que tendría este comité para actuar: cuando una persona tenga un comportamiento impropio de lo que los demás entiendan que deba ser su poder adquisitivo (no el que creamos que le correspondería, ¡no!, peor aún, el que supongamos que tenga), simplificando más su idea pone como ejemplo el que todos conocemos a alquien que hace treinta años sólo tenía un piso y hoy conduce coches caros, tiene más propiedades, o algo parecido. Quien quiera conocer sus palabras en detalle, puede dirigirse a las páginas de El Diario Montañes de hoy martes.
Lo espectacular de todo esto, es que considera como indicio de corrupción cualquier valoración subjetiva sobre cómo considere un tercero que debe ser nuestra vida. Quiza no sea lo que haya querido decir, pero es lo que ha dicho.
Todos recordaremos la película dirigida por Spielberg y protagonizada por Tom Cruise Minority Report, aquella en que la gente era detenida y confinada antes de que pudiera cometer un delito, basándose en las visiones de 4 seres con capacidad para ver el futuro que eran adaptadas a formato de video por una empresa. No se que os parecería la película, pero al margen de discusiones artísticas, es, desde mi punto de vista, moralmente inaceptable que sin llegar a cometer un delito puedas ser detenido y confinado en un estado parecido al coma.
Enlazando ya con la propuesta del Presidente de Cantabria, y teniendo claro que no ha propuesto que se confine a quien parezca que puede haber tenido o realizado comportamientos delictivos, la base de su propuesta y la situación expuesta en la película es la misma: la más absoluta desconfianza en la gente y su libertad individual.
No todo el que tenga un nivel de vida que pueda ser excesivo para su sueldo supuesto es un corrupto. Puede ser solo un manirroto, un derrochador, un imbécil que gasta más que lo que tiene. Además, la apariencia externa no siempre es sintimática de capacidad económica: solo hay que recordar a quien fuera alcalde de un importante pueblo de Cantabria que se paseaba por sus calles con un coche viejo como él solo, pero que cuando viajaba más lejos recogía uno más nuevo y lujoso en un garage de un pueblo cercano. Por cierto, costumbre que parece que también tenía Caldera, que por Salamanca, o su pueblo sea el que fuera, se paseaba creo recordar que con un SEAT 850 y tenía otro coche en un garage (también mejor y más lujoso).
Con esto quiero decir que los políticos deben de tener cuidado con lo que desean, no sea que un día vean como se cumplen sus ilusiones.
Volviendo con la primera de las cuestiones que comentaba que me habían llamado la atención hoy: las declaraciones de Diego López Garrido, Portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, argumentando que el PP se parece a Batasuna cuando dice que el Estado de Derecho se debilita por casos como el iniciado por Bono al no controlar su ego y sus ganas enfermizas de llamar la atención.
Me parece muy bien atacar, marcar, atosigar al adversario político. El problema es que de las declaraciones de alguien con tan largo recorrido político, temporal e ideológico, rezuman manipulación y demagogía populista-comunista por completo. En efecto, la manía de la izquierda de atacar sin cuartel al enemigo político (NOTA: para la izquierda no hay adversarios -que compiten contigo en buena lid- sólo existen enemigos a los que hay que eliminar del terreno de juego, siendo suaves) les desborda.
El Estado de Derecho no peligra cuando se ataca a un gobierno de no respetarlo. Al contrario, cuando hay quien vigile a los gobiernos es cuando mejor funciona el invento este de la democracia. Aunque a los rojos, snobs y republicanos (ZP dixit) les fastidie. Pues eso.
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