El pasado domingo, La Razón entrevistaba a Gabriel Albiac a cuenta de un libro suyo recien publicado: "Contra los Políticos" creo recordar que se titulaba. En la entrevista, Albiac venía a decir que en España se da la circunstancia de que siendo, en muchos ámbitos uno de los países más avanzados del mundo, contamos con una de las peores castas políticas.
Así, el discurso político está centrado en las divisiones izquierda-derecha típicas de hace muchos, pero muchos años (Albiac decía que de la época de nuestra II República)
Por esto, pero no solo, me parece que en esta nueva campaña electoral todos los llamamientos al centrismo que se pretender hacer desde el PSOE no son más que una farsa. Razones hay muchas, por citar algunas:
- Necesita movilizar a mucha gente para, según sus cálculos, que la participación sea del orden del 80%. Así, conseguirán ganar al PP.
- Para conseguir esta participación tendrán que apelar a cuestiones que revuelvan mucho al electorado.
- Los lindos apelativos de ZP a Rajoy y todo el que no comulgue con sus ideas, son una clara muestra de que esto del centrismo solo sirve para llenar líneas en los discursos. Y para nada más.
- Pepiño.
Esto del centrismo me resulta similar a los consensos: siempre que un político la va a liar apela antes, durante y después según le haya salido la aventura al consenso. Fundamentalmente para intentar dejar fuera de juego a su rival político.
El consenso por si mismo no tiene más importancia; lo útil para todos los ciudadanos es que se respete lo que han acordado, convenido o negociado. El no hacerlo (el respetarlo), no voy a decir que sea de poco centrista, demócrata o cualquier otro ridículo tópico políticamente correcto, simplemente es de gente de poco fiar.
Y esto es lo importante de los políticos: que realmente sean gente de fiar.
Por supuesto, mentir está en el otro extremo.
Pero no sólo esto, también es de poco fiar que la información se de con cuentagotas, se filtre en exceso, se pretenda controlar el contenido de programas, vetar a gentes en medios de comunicación, etc., etc.
Y tenemos varios ejemplos de esto en esta campaña electoral:
- Sobre la crisis económica, información desde el Gobierno poca y mala: tampoco es para tanto dice Solbes (recordemos su consejo para abrir planes de pensiones privados)
- Sobre las aportaciones del Panel de Sabios para no se que historia na de na. Y menos de lo que cuesta su colaboración (recordemos que los partidos se financian con cargo a los presupuestos)
- Miento, pero como la gente es buena... Y mientras, todos los que tengo detrás que lo nieguen por si acaso.
Podríamos seguir como muchos más ejemplos, pero creo que es suficiente.
Así, el discurso político está centrado en las divisiones izquierda-derecha típicas de hace muchos, pero muchos años (Albiac decía que de la época de nuestra II República)
Por esto, pero no solo, me parece que en esta nueva campaña electoral todos los llamamientos al centrismo que se pretender hacer desde el PSOE no son más que una farsa. Razones hay muchas, por citar algunas:
- Necesita movilizar a mucha gente para, según sus cálculos, que la participación sea del orden del 80%. Así, conseguirán ganar al PP.
- Para conseguir esta participación tendrán que apelar a cuestiones que revuelvan mucho al electorado.
- Los lindos apelativos de ZP a Rajoy y todo el que no comulgue con sus ideas, son una clara muestra de que esto del centrismo solo sirve para llenar líneas en los discursos. Y para nada más.
- Pepiño.
Esto del centrismo me resulta similar a los consensos: siempre que un político la va a liar apela antes, durante y después según le haya salido la aventura al consenso. Fundamentalmente para intentar dejar fuera de juego a su rival político.
El consenso por si mismo no tiene más importancia; lo útil para todos los ciudadanos es que se respete lo que han acordado, convenido o negociado. El no hacerlo (el respetarlo), no voy a decir que sea de poco centrista, demócrata o cualquier otro ridículo tópico políticamente correcto, simplemente es de gente de poco fiar.
Y esto es lo importante de los políticos: que realmente sean gente de fiar.
Por supuesto, mentir está en el otro extremo.
Pero no sólo esto, también es de poco fiar que la información se de con cuentagotas, se filtre en exceso, se pretenda controlar el contenido de programas, vetar a gentes en medios de comunicación, etc., etc.
Y tenemos varios ejemplos de esto en esta campaña electoral:
- Sobre la crisis económica, información desde el Gobierno poca y mala: tampoco es para tanto dice Solbes (recordemos su consejo para abrir planes de pensiones privados)
- Sobre las aportaciones del Panel de Sabios para no se que historia na de na. Y menos de lo que cuesta su colaboración (recordemos que los partidos se financian con cargo a los presupuestos)
- Miento, pero como la gente es buena... Y mientras, todos los que tengo detrás que lo nieguen por si acaso.
Podríamos seguir como muchos más ejemplos, pero creo que es suficiente.
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